Se fue Felipe de la Riva. Y parece que su futuro está en Flandria. Por estos días se alzan muchas voces en contra del uruguayo. Los principales reproches tienen que ver con que ya tenía todo cerrado con la institución de Jáuregui y por eso no estará en la última fecha. Pero sería bueno hacer un poco de memoria.
Cuando de la Riva arregló con Acassuso, allá por mayo de 2006, estaba dirigiendo a Alem en la primera D. El equipo de General Rodríguez se jugaba el ascenso en ese momento. Y la verdad es que no recuerdo a nadie que haya levantado la voz por esa actitud. Ni por la de los dirigentes, de ir a buscar a un técnico que trabajaba para otra institución. Claro, salvo la gente de Alem. En realidad, ninguna de las dos cosas tiene nada de malo. En el mundo profesional es válido que cada persona elija la mejor opción para su vida, así como los dirigentes deben guiar el camino de los clubes. ¿O acaso nadie nunca consiguió un trabajo teniendo otro en el que estaba bien?
Desconozco si de la Riva había dado su palabra de quedarse. Entiendo que no, por eso no comparto las críticas. En el mundo del fútbol mandan los resultados y sólo el tiempo dirá si su elección fue la acertada. Sólo nos queda agradecerle y empezar a pensar en el futuro.
Acassuso está en la primera B y llegó para quedarse. Tiene una estructura de inferiores como nunca tuvo, dirigentes cada vez más experimentados, más allá de tropezones, jugadores con hambre, y una familia de hinchas fantástica.
Todo es cada vez más profesional en el club. Hasta nosotros, los periodistas, que también sabemos que debemos estar a la altura de la categoría. Esto ya no es la D ni la C. Las comodidades son otras, la información circula de otra manera y ustedes nos exigen lo mejor. Por eso es necesario sabernos más profesionales que nunca y elegir lo mejor para el club. Sin reproches ni chicanas. Con seriedad e inteligencia. Tenemos con qué.
Eduardo Alberto Martins
