lunes, 3 de septiembre de 2007

HISTORIAS DEL CLUB


EL ARTICULO PUBLICADO A CONTINUACION APARECIO EN LA REVISTA EL GRAFICO EN SEPTIEMBRE DE 1983 Y ESTA FIRMADO POR DANIEL DATOLA, RECONOCIDO GUIONISTA Y ANIMADOR TELEVISIVO, Y GUSTAVO BELIZ, EX MINISTRO DEL INTERIOR DEL REPUBLICA ARGENTINA. LAS FOTOS SON DE HUMBERTO SPERANZA Y GERARDO HOROVITZ Y LA ILUSTRACION DE RODOLFO PAZOS.
PARA MUCHOS ES UNA HISTORIA CONOCIDA. OTROS LA DESCUBRIRAN AL LEER ESTAS LINEAS. EN TODO CASO, ES UNA BUENA OPORTUNIDAD PARA RECORDAR UN CURIOSO Y VIOLENTO EPISODIO DEL QUE ACASSUSO FUE PROTAGONISTA.


HABIA QUE PERDER PARA SALVAR LA VIDA

Sábado 24 de septiembre. Por la 27a. fecha del campeonato de Primera "D" juegan Luján-Acassuso. A los 39 minutos del segundo tiempo se suspende el partido por agresiones de los jugadores y del público local al árbitro. Luego de presiones y ante la escasa vigilancia policial, el encuentro se reanuda, pero con un pacto entre el árbitro y los jugadores visitantes...
El Falcon Azul frenó despacito, intentando mantener el silencio de la calle Humberto Primo al 1200 frente a la sede de Luján. Caía la tarde, el sol ya no bañaba de brillo la cúpula de la basílica. Del Falcon bajó sin hacer ruido un chico con la mano repleta de volantes azules. Entró a la sede: tres o cuatro mesitas, un mostrador, un saloncito de cinco por cuatro en los que algunos parroquiano esperaban la noche... "Otra vez los de la política", pensó uno de ellos, cuando sintió eel ruido de los papeles contra el piso. Otro se agachó a levantar uno de los volantes y leyó: "Los jugadores de Luján se vendieron contra Midland". Salieron corriendo a la calle: el Falcon y el chico ya no estaban. Volvieron a la mesa: todavía había tiempo de comentar algún pronóstico del partido del día siguiente. Luján jugaba con Acassuso y podía clasificarse para la ronda final, la que decidía el ascenso. Iba a ser una linda tarde...
Partido duro, peleado, con muchas fricciones fue el del sábado 24 de septiembre. Casi cuatro mil personas en la cancha, y un clima tenso en las tribunas a raiz de las acusaciones que se barajaban en todo Luján hacia los jugadores locales. La sombra del soborno estaba ahí, rondando como un fantasma. Y como si algo fuera necesario para avivar susceptibilidades, a los 9 minutos del segundo tiempo, llegaba el gol de Acassuso.



Desde el mismo círculo central, Carlos Raúl Iribarren sacaba el derechazo que superaría el tardío esfuerzo del arquero Cordone. Después, las acusaciones hacia el árbitro Molina, por un supuesto penal obviado, las amenazas para los dueños de casa, el clima enrarecido con el que se llegó a ese minuto 39 del segundo tiempo. Se escapó Petrocco por la derecha, pidieron offside, terminó finalmente la jugada en corner. Enseguida se encendió la mecha...
"El siete de ellos estaba en posición adelantada, era clarito. Levanté la mano pero el referí no cobró nada. Siguió la jugada, pateó y yo saqué al corner. Desde el suelo le grité al linesman: `Levantá la bandera, ¿para qué la tenés?´. Ahí no más vino corriendo el referí y me sacó la roja. Me quedé helado, jamás me habían echado de una cancha. No sabía cómo reaccionar. Cuando me fuia sacar la camiseta para dársela a Lamarque, que era el que tenía que iral arco, se me quedó trabada en las mangas con los guantes. Ahí escucho que el referí expulsa a Lamarque. Me volví loco. Cuando le pregunté qué estaba haciendo, me gritó: `Se van los dos. O vos te vas o te saco yo, hijo de... ´Fue entonces que le pegué un empujón y lo tiré al piso. En ningún momento le pegué una trompada ni lo seguí. Me iba y en eso veo que viene el línea corriendo a pegarme con la bandera. Walter López (defensor de Luján) lo frenó con las manos y un pie. Y ahí se armó, empezó a entrar la gente, fue un lío terrible... " (Aldo Rafael Cordone, 27 años, casado, un hijo de 18 meses, el arquero de Luján.)
El informe presentado por el árbitro Félix Aníbal Molina (38 años casado, dos hijas, dirige desde 1976) al Tribunal de Disciplina de la AFA, difiere, por supuesto. Indica una primera agresión de Cordone -trompada en el sector izquierdo de la boca-, luego de su expulsión y la de Lamarque; una posterior carga de los jugadores Walter López y Pereyra, también dirigida hacia el juez de línea Luis Mitri, para terminar con una última piña del arquero Cordone. Después, el caos. El alambrado lateral de la cancha cedió, alrededor de cien personas ingresaron al campo de juego (veinte para el informe policial, ocho para el descargo local), pegándole al árbitro y al línea tendidos en el piso, ante ocho policías que trataban de rodearleos y protegerlos.
Así pudieron llegar hasta el círculo central, mientras retumbaba desde la entrada al vestuario el "Aserrín, aserrán, con vida no se van..."
"Ni en los partidos más bravos de mi carrera viví algo similar -relata el asesor técnico de Acassuso, Jorge Maldonado, el recordado defensor de Independiente-. La gente saltaba a la cancha como enloquecida. Hombres mayores, jóvenes, de todo. Hasta uno de ellos entró con chico en brazos. Se lo dejó al masajiste nuestro, y se fue a pegarle al referí. Después, si no lo corren, se iba de la cancha sin llevarse al hijo. Se lo había olvidado..."
Con gran esfuerzo consiguiron juntarse cuatro efectivos policiales más, pero las perspectivas de abandonar aquel infierno eran inciertas. "El oficial me habló claro-contaría después Molina-, me dijo que con esa cantidad de gente no podía asegurarme salir bien de ahí. Que sí quería calmar al público, había que seguir el partido... ". Hasta hubo otro tipo de presiones para el árbitro: "Yo mismo cómo un directivo de Luján se le acercó a ofrecerle dinero...", iba a confesar uno de los hombres de Acassuso.
Ahí surgió la idea de Molina y se produjo el diálogo con el capitán visitante, el arquero Héctor Omar Ferrucheli.
-Vamos a seguir el partido, de ahora en más se bancan lo que venga...
-¿Cómo dice referí?
-Que se banquen lo que venga. Ustedes ya ganaron, el partido está suspendido. Pero Luján tiene que ganar, porque sino de acá salimos todos muertos...
Un grupo de jugadores de Acassuso no quiso entender el pacto. Hasta el marcador de punta Carlos Capuzzi intentó decidir si iban o no al "bombo" por medio de una votación en el campo de juego. Después de 28 minutos, el partido se reanudaba.
"Fue increíble, yo no me enteré de nada - cuenta el técnico de Acassuso, Carlos Alberto Ribeiro-. Estaba escondido en un rincón de la cancha, sin los anteojos y el pulóver, porque ya me había marcado la hinchada de ellos para pegarme. Cuando ví la forma en que empezaron a regalar las pelotas, me volví loco. Cuando llegamos al vestuario los quería matar, `Perdieron por vendidos´, les grité. Al rato me explicaron todo, me di cuenta de que gracias a eso estábamos con vida..."
Claro que no todos los hombres visitantes reaccionaron igual. El centrodelantero Marcelo Manuel Méndez siguió atacando, y hasta estuvo a punto de hacer un gol. "El juez de línea me pedía por favor que parara -recuerda-, me mostraba los documentos y me decía que tenía dos hijas, que pensara en ellas. Que por 200 pesos no quería perder la vida..."
Caricato, de penal y De La Hoz, serían los encargados de poner el marcador 2-1 a favor de Luján, en jugadas que evidenciaron la entrega rival. La gente sólo pensaba en festejar. Había pasado lo peor. Más tarde iba a confesar el técnico de Luján, Juan Carlos Telessio: "Cuando terminó el partido, algunos jugadores de Acassuso se tiraron al piso, como si tuvieran un ataque de nervios. Yo traté de ayudarlos, porque contra ellos no había nada. Ahí se me acercó uno de ellos y me dijo: `Mire, tengo 23 años y a fin de temporada quedo libre. Lléveme donde quiera. Aquí no quiero estar más...´Yo le contesté que fuera a calmar a sus compañeros, que eso era más importante. Me dijo: Èstos están fingiendo, lo que pasa es que deben estar llorando por los siete mil palos que se pierden, los que le daba Alem...´"
La ospecha de Telessio es compartida por los directivos: Acassuso llegaba a ese partido sin ningún tipo de chance, y en cambio a Alem una derrota de Luján lo podía llevar a jugar directamente la final por el ascenso a la "C". Lucas Oscar Farola, vocal de la Comisión Directiva lujanense, también insinúa: "El único culpable es el árbitro, cobró todo para ellos y encima insultó a nuestros jugadores. Uno no quiere pensar mal, pero..." Por la sede de Luján también se escuchó: "Los de Alem no tienen equipo, pero tienen plata, mucha plata... los banca La Serenísima. Por eso andan bien, le dieron guita al referí para perjudicarnos..."
Las palabras de Fernando Echeverría, un allegado a Luján, también puede introducirnos al tema soborno, desde una óptica generalizada del fútbol de la "D": "La mafia acá existe, y de eso nadie que sea sincero puede dudar. El año pasado Luján se estaba por ir al descenso. En la cancha de Flandria se me acercó un delegado de Primera "C" y me dijo: `Si tienen diez mil palos, yo les llevo al técnico que les puede arreglar tosdos los partidos que faltan. A nuestro directivo, Raúl Regueira, ese tipo le hizo la misma propuesta. Regueira dijo que no. y el delegado comentó que entonces se lo iba a proponer a Merlo, que también andaba en la mala.



El resultado fue que nosotros nos fuimos al descenso y Merlo -curiosamente- cambió de técnico y se salvó... Si nos perjudican voy a dar el nombre de ese delegado, para que de una buena vez se acabe la mafia..."
Y las penas por cierto que fueron severas. El informe elaborado por el árbitro Molina y el línea Mitri (el otro línea, Ángel Sánchez, no participó de la pelea, manteniéndose alejado del lugar de las agresiones) insumió catorce horas de redacción. La máxima sanción fue para el arquero Cordone, aplicándosele los artículos 183, 185 y 186 del Reglamento de Transgresiones y Penas (protesta airada, agravio y agresiones): fue suspendido por tres años e inhabilitado por cuatro para ejercer el cargo de capitán. Walter López deberá estar inactivo dos años, por intento de agresión al árbitro y reincidencia (artículos 48, 183 y 185). El número once, Horacio Pereyra, tiene un año y medio de suspensión, por agresión al línea, agravio y reincidencia (artículos 48, 183 y 185). El segundo expulsado de Luján, Guillermo Lamarque, fue eximido de responsabilidad por el informe de Molina (Una vez que me insultó, no sabía cómo pedirme disculpas. Tuve que echarlo igual, pero hasta intentó parar a algunos compañeros que querían pegarme...").
Además se abrió una causa por lesiones leves sufridas por el árbitro. El médico del plantel de Luján, Fernando Zapata, casualmente lo atendió a Molina en el hospital, luego del partido. Relativiza los golpes que padeció: "Eran todas lesiones leves, y un corte en la mucosa yugal, donde se habrá lastimado el mismo, porque le faltaban algunos dientes. Decía que tenía un golpe en la nuca, pero clínicamente no se pudo constatar..." En el consultorio médico de la AFA, en cambio, se verificó el punto de sutura aplicado en su labio, la inflamación del oído izquierdo, un golpe interno en su costilla, de diez a quince golpes en la nuca, y varios traumatismos en ambas piernas.
Conocidas ya las sanciones aplicadas a los jugadores, ahora la expectativa gira en torno a la posible desafiliación de Luján. Para el secretario general de la Asociación Argentina de Árbitros, Teodoro Nitti: "La pena debe ser muy severa. Tenemos total solidaridad con nuestros compañeros... Vamos a pedir informes a la Policía de la provincia de Buenos Aires, deben ser identificados los agresores...". En la casa de la calle Las heras 387, donde funciona la comisaría de Luján, se informó de la detención de un sospecho.
La posición de Claudio Busca, vicedirector de la Escuela de Arbitros de la AFA, es contraria a cualquier tipo de publicidad sobre este hecho: "La gente tiene que olvidarse de esto, no hay que hablar más. Porque si se publica lo que pasó, la próxima vez el referí no va a poder proceder de la misma forma. Nadie le va a creer cuando haga seguir el partido, se van a dar cuenta de que estaba todo arreglado. Ya hay antecedentes en el caso, y porque no se difundieron demasiado. Molina pudo hacer esto en Luján..." En virtud de ello, Molina se negó a las fotografías. Los antecedentes referidos por Busca se remontan a 1978, cuando en el partido Luján-Morón se produjo un disturbio similar. El referí era Mastrofilippo: Morón ganaba 2-0 y terminó empatando 2-2.
Pero nuestra reflexión final apunta precisamente al otro polo. Debemos mostrar esta realidad, exhibir esta página bochornosa para que sea un ejemplo detestable e irrepetible. Si en estos días que corren lo que está en juego, como algo esencial, es el derecho a la vida, no podemos permitir que ella siga peligrando cada vez que un silbato hace nacer un parido de fútbol. Se trata de levantar una bandera y hacerla flamear con honestidad, con pureza, con una dignidad muchas veces olvidada. una bandera que sea guía y antorcha para la definitiva reconstrucción del fútbol argentino.

Daniel Datola y Gustavo Beliz

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola que tal Soy Carlos Capuzzi el defensor de Aquel Equipo de Acassuso, te consulto tenes noticias de Jorge Maldonado. Un Amigo y no tengo Ningna Noticia de El.
En el club estube 2 años Hermosos. Lo cual Agradezco y siempre recuerdo.
Gracias Acassuso.

ABRAN LA CANCHA dijo...

Carlos, gracias por escribirnos. No tenemos noticias de Jorge Maldonado, pero podemos intentar averiguar. Si llegamos a recibir alguna novedad, te avisamos. Saludos y gracias por visitar el blog y por acordarte del club.