La respuesta no es sencilla, depende de muchos factores tan cambiantes y disímiles como los recursos económicos y los gustos futbolísticos. En la primera B parece haber un criterio definido. "Técnicos que conozcan la categoría", es la muletilla de los dirigentes. FabiánNardozza, Felipe de La Riva, Salvador Daniele, Rodolfo Della Pica, Alberto Pascutti, Eduardo Pizzo, Vicente Stagliano, Salvador Pasini y Juan Carlos Kopriva son algunos de los nombres que suenan siempre que se va un entrenador. "Conocen la categoría", es el fundamento también de los hinchas que aportan su banca política. Tal vez sea más fácil elegir un nombre conocido que asumir otro tipo de riesgos, que no deberían tomar tanta magnitud si se definen claramente los valores y condiciones que debe tener un entrenador para dirigir a un club determinado. En la primera B, los técnicos se suben y bajan de los equipos como si fuera una calesita en la que los dirigentes tienen la sortija y son pocos los que contratan un entrenador por sus potenciales condiciones. Todos prefieren "ir a lo seguro".
"Estuve muy cerca de dirigir a un equipo argentino, pero finalmente los dirigentes no me aceptaron porque no conozco el fútbol argentino", cuenta Gabriel Humberto Calderón, que en su CV como DT incluye haber clasificado al Mundial de Alemania a Arabia Saudita y ser el único instructor FIFA argentino. En nuestro país está identificado más por haber jugado el Mundial ´90 con la camiseta número 6 y por el penal que no le cobró Codesal en la final, que por haber jugado en Independiente y Racing. "En el fútbol lo más importante es saber manejar un grupo", agrega Calderón que también participó de España 82 y que fue ídolo del Betis. "Yo puedo no conocer como juega Arsenal de Sarandí o Independiente, pero eso lo resuelvo fácil: llamo a Jorge Burruchaga o a Pedro Troglio, que son amigos míos, para que me cuenten virtudes y defectos de esos equipos. Ahora si yo no sé cómo manejar un grupo, eso no tiene solución", continúa.
Las palabras de Calderón tal vez sean discutibles, pero no dejan de ser un argumento concreto a tener en cuenta a la hora de elegir un entrenador: manejar un grupo. Así como debe haber otros más sólidos que el vacío "conoce la categoría". En tiempos en los que los se habla de jugadores que ponen y sacan técnicos, de entrenadores que traen jugadores amigos/familiares, de dirigentes que aceptan sólo jugadores de determinados representantes y de periodistas que también participan con sus omisiones y amiguismos, no está mal parar un poco la pelota, y pensar por qué se elige un técnico y no otro.
Eduardo Alberto Martins