Lo mejor: A pesar de algunos cambios de nombres y de posición la defensa volvió a ser el punto más alto del equipo, con el arquero Salva volviendo a ser figura como en algunos otros partidos, salvando en tiempo de descuento un cabezazo con destino de red de Talamontti. Interesante lo de Magno, raspando a veces a destiempo pero siempre bien ubicado para la contención de los intentos Calamares. Entró muy bien el Guapo González, que además de convertir el empate, abrió la cancha por la izquierda tirando varios buenos centros que nunca nadie pudo aprovechar.
Las dudas: Las muy buenas demostraciones de habilidad individual de Pipino las llevó a cabo demasiado lejos del arco rival (como en todos los partidos), cuando lo intentó más cerca logró dar el pase del gol del empate. Caspary volvió a demostrar lo que le cuesta jugar con los pies y lamentablemente no gana una de arriba. Santana se suma siempre al ataque y en vez de clarificar complica. El medio campo en general a excepción de Pipino estuvo tan predispuesto a la marca que nunca pudo manejar la pelota con claridad hasta la entrada de González.
Balance: Negativo a pesar de no haber perdido con un grande como Platense. Sucede que en este torneo el Calamar no es más que nadie y menos que muchos y no se aprovechó la condición de local para vencerlo. Hace siete fechas que no se gana, en realidad sólo se ganó un partido en todo el torneo y la tabla de los promedios asusta. El técnico mete mano al plantel, busca recambio pero no logra modificar la ecuación ni en el juego ni en el resultado. Ojalá podamos empezar a enderezar el barco que en la próxima deberá amarrar en la Isla Maciel.
